Los humanistas fueron
aquellos estudiosos que empezaron este movimiento en el Renacimiento a mediados
del siglo XV. En esta época, empezó una fuerte motivación e impulso de
resucitar el estudio y el conocimiento de la cultura clásica griega y romana.
Al final del período
escolástico (fines del siglo XV) en Italia y posteriormente en Francia, empieza
a surgir un nuevo movimiento intelectual por algunos juristas. Estos postularon
la corriente humanista del derecho y se preocuparon por forjar las bases de
este movimiento al tratar de reconstruir el antiguo derecho romano de manera
pura.
No obstante, aquí es donde
se muestran dos vertientes. Primero, tenemos a los juristas humanistas
franceses que durante los siglos XIV-XV pretendieron asentar las bases de una
ciencia del derecho sistemática, esto es, incluir la historia y filosofía del
derecho desde sus orígenes (filosofía griega y romana). En segundo lugar,
tenemos a los juristas humanistas italianos, quienes siguieron las enseñanzas y
aplicación del estudio del derecho de los posglosadores, esto es, una
aplicación exegética del estudio de la ley y la jurisprudencia, la cual era una
labor analítica y fragmentaria.
En ambas vertientes, los
humanistas del derecho compartieron la visión de optar por un estudio basado
(fuertemente) en la historia del derecho y la filosofía del derecho. Si bien,
en Petrarca y Bocaccio encontramos a los iniciadores de la corriente humanista,
en el estudio del Derecho tenemos a Andrés Alciato, Jacobo Cujacio, Hugues
Doneau, entre otros.
Como era de esperarse, la
religión tuvo su participación durante esta época y tuvo que optar por una de
las dos vertientes. De esta manera, la Iglesia católica se inclinó por la
vertiente italiana, mientras que el protestantismo y calvinismo optaron por la
francesa.
1 Representantes de la escuela humanista del derecho
In
principio, la escuela humanista del derecho, en la corriente italiana, tuvo
como precursor al escritor italiano Andrés Alciato (1492-1550) quien se dedicó
a especializarse en Historia y también laboró como jurista. Además, Alciato
estudió varias lenguas, entre ellas el griego y el latín, pues gran parte de
sus estudios estuvo dedicado a los textos grecolatinos. De esta manera, desarrolló
investigaciones sobre la historia de Roma y sobre la vida de Tácito. Asimismo,
parte de sus aportes —en la disciplina del Derecho— se produjo a su crítica en
los textos legales romanistas a partir de la lengua latina.
El aporte a la escuela
humanista del derecho que proporcionó Alciato (en latín Andreas Alciatus) fue su preocupación por el conocimiento de los
textos antiguos, no tanto a la manera de los posglosadores, sino que pretende
investigar cada ley antigua establecida en el Digesto u otro cuerpo legal donde se deba recurrir al sentido que
originalmente poseían y para esto, asentó que era menester que los juristas
recurran a la historia, a la filosofía y a la filología de manera especial.
Por su parte, los juristas
humanistas franceses se dedicaron al estudio de la nueva concepción del hombre
(a la visión del antropocentrismo) y los estudios de la filosofía renacentista.
Tuvo como precursores a Jacobo Cujacio (1522-1590)[1] y
Hugues Doneau (1527-1591)[2]
quienes aportaron un estudio histórico y realista a la escuela humanista del
derecho.
Cujacio, al ser profesor de Derecho Antiguo, Derecho
Canónico y Derecho Civil redactó varias nociones del derecho antiguo que se
debieron aplicar al derecho moderno (de su época). Fue caracterizado por emplear
un estudio claro, conciso y elegante de las leyes antiguas, incluso, algunos
estudiosos del derecho sostienen que, probablemente, Cujacio haya sido el
fundador de la ciencia jurídica moderna.
Por su parte, Hugues
Doneau (en latín Hugo Donellus) fue
profesor de Derecho Antiguo. Siguió el
ejemplo de Alciato y aplicó los métodos
del humanismo renacentista al estudio del Derecho. Sin embargo, mientras muchos
de los seguidores del «método francés» denominado Mos gallicus[3]
se concentraron en una evaluación crítica de los textos del Corpus Iuris Civilis, Doneau estaba más
interesado en la construcción de un sistema legal coherente y ordenado. La obra
más conocida de Doneau fue los Commentarii
de iure civili (comentarios sobre el derecho civil).[4] Esta obra es considerada
como uno de los primeros intentos de organizar el tema del derecho romano en un
orden lógico y no según la secuencia de los libros y títulos del Digesto.[5] Además, como varios
juristas franceses estuvieron vinculados con el protestantismo y el calvinismo,
en el siglo XVI dieron lugar a una escuela denominada «La escuela de los
cultos».[6]
2 Repercusión del humanismo jurídico en Alemania
Antes
de explicar, de manera breve, la repercusión del humanismo jurídico en
Alemania, es menester recordar que la recepción del derecho romano, por los
alemanes, empezó en el siglo XIII, sin embargo, fue durante el siglo XV en que
los juristas alemanas optaron por tomar al derecho romano como un derecho
común.
Posteriormente,
los juristas alemanes no contribuyeron ni aportaron nada nuevo al humanismo
jurídico, simplemente optaron por seguir el
Mos italicus.[7]
Esto significó que los juristas alemanes aceptaron el derecho romano italiano
que modernizaron los posglosadores, esto significa que si encontraban textos o
pasajes que no estaban glosados, simplemente no lo aplicaban (no cobraban
vigencia).
Bibliografía
- Alciati,
Andrea (1985). Emblemas. Texto editado
y traducido por Santiago Sebastián Ediciones Akal,
S.A.
- Holthöfer, Ernst (2001). "Doneau,
Hugues". In Michael Stolleis (ed.). Juristen: ein biographisches
Lexikon; von der Antike bis zum
20. Jahrhundert (in
German) (2nd ed.). München: Beck.
- Carpintero Benítez, Francisco (1977). Mos Italicus, Mos Gallicus y el Humanismo racionalista. Publicaciones del Instituto Max Planck Europaische de
Historia del Derecho Frankfurt am Main.
- Iglesias, J. (1972). Derecho Romano,
Instituciones de Derecho Privado. Barcelona: Ediciones Ariel.
- Vásquez Torres, A. (2001). Introducción al derecho. Teoría general
del Derecho. Segunda edición. Lima: Idemsa.
[1]
Cujacio es considerado como el más grande de los
jurisconsultos del siglo XVI. Cunado perteneció a la Escuela Culta de los humanistas del derecho, destacó con sus
aportes al Mos gallicus, puesto que
poseía una amplia erudición mediante el estudio y el empleo de los textos del Corpus Iuris. La idea que Cujacio poseía
no era más que emplear las fuentes del conocimiento jurídico antiguo para
reconstruir la historia del derecho romano dentro del marco de las otras
fuentes, sean históricas, literarias, arqueológicas, entre otras.
[2]
Doneau
nació en una familia muy respetada. Estudió Derecho en Toulouse y Bourges. Por
aquella época, Bourges fue un centro de estudios de humanismo jurídico y
François Douaren (Franciscus Duarenus), uno de los miembros más famosos de este
movimiento, fue uno de los maestros de Doneau. En 1551, Doneau obtuvo un
doctorado de la Universidad de Bourges y comenzó a ejercer la docencia. Sin
embargo, debido a su confesión calvinista, Doneau tuvo que huir a Ginebra
después de la masacre del día de San Bartolomé en 1572. Doneau aceptó una
llamada del elector palatino Federico III para una cátedra en Heidelberg y
asumió el cargo a principios de 1573. Doneau, sin embargo, tendría que mudarse
nuevamente en 1579, porque Heidelberg y el palatinado electoral circundante, se
convirtieron a la confesión luterana por Luis VI, además, el elector requirió
suscripción a la Fórmula de la Concordia.[2] Posteriormente, Doneau se mudó
a Leiden. No obstante, en 1587, las
circunstancias políticas lo obligaron a exiliarse por tercera vez y Doneau
abandonó Leiden en 1588 debido a sus simpatías por Robert Dudley, primer conde
de Leicester. Fue así como Doneau regresó a Alemania y se convirtió en profesor
de Derecho en la Academia Altdorf (la universidad de la Ciudad Imperial Libre
de Nuremberg). Doneau muere en Altdorf en 1591.
[3]
Mos gallicus. Esta
corriente surgió en Francia y tuvo como fin estudiar el derecho romano desde la
perspectiva histórica. Para los seguidores de esta corriente, la interpretación
y el conocimiento que se le otorgaba al derecho solo se aplicaba para conservar
(preservar) los antecedentes históricos de la ley, pues no tenía que ser
interpretada de manera actual o con criterios futuristas. Distintamente al mos italicus, los seguidores del mos gallicus no solo dieron la
importancia debida al derecho romano, sino también a otras leyes antiguas con
el fin de investigar e informarse para elaborar comparaciones. Aparte de esto,
las fuentes a las que recurrieron para estudiar el derecho romano tenían que
estar en su propia lengua (latín), puesto que solo así se preserva y conserva
la esencia de la ley. Para esto consignaron la importancia de aprender y saber
latín, griego e incluso otras lenguas antiguas.
[4] Esta
obra en parte fue editada por Scipione Gentili.
[5]
Doneau
también redactó contribuciones importantes a varias áreas especializadas del
derecho, como la doctrina de la posesión y la adquisición de la propiedad.
[6] Como la
persecución religiosa empezó a expandirse en el siglo XVII y a principios del
siglo XVIII, los cultos tuvieron que trasladarse a Países Bajos y afianzaron
las bases del iusnaturalismo gracias a los aportes de Grocio y posteriormente,
Savigny. La idea de los cultos fue la de construir una ciencia jurídica cuyos
pilares descansen en los fundamentos meramente racionales.
[7]
Mos italicus. Esta corriente nació en Francia, pero se desarrolló en Italia. La
enseñanza que aplicaron estuvo basada en la literatura jurídica del derecho
romano. Debido a su estilo legalista, se caracterizó por considerar al derecho
romano como un monumento insuperable y por ello, adaptaron y aplicaron muchas
leyes romanas a la realidad de su época. Muchas veces, lo que hicieron fue aplicar
las leyes romanas tal cual a los conflictos que se presentaban a su época. Pese
a tener un estilo legalista, terminó siendo un derecho de juristas, esto es, en
contra posición a un derecho legal, además, al ser un derecho de juristas,
significa que la formación y elaboración del derecho son reservados solo para
los juristas profesionales, puesto que la vigencia de este derecho se sostuvo a
la autoridad y saber que estos poseían. En el derecho de juristas, la
aplicación de una norma recae en el saber y autoridad del jurista, mas no en el
poder público.
Texto escrito por David Efraín Misari Torpoco
15 de julio de 2022
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