El caso de las cuarenta y nueve hermanas que asesinaron a sus cuarenta y nueve esposos

Leer la mitología griega resulta fascinante porque no solo es una forma de aprender sobre la cultura y la historia, sino que también puede enriquecer tu comprensión del arte, la literatura, la filosofía y la vida en general. Además, muchos de los antiguos relatos míticos poseen enseñanzas y lecciones valiosas para la vida, incluso nos ofrecen un conocimiento más profundo de las emociones y los impulsos que el ser humano posee. Así también, la conexión que existe entre varios relatos mitológicos y el derecho están presentes. Es por esto que a continuación te narraré una historia que trata sobre el asesinato de cuarenta y nueve hombres a manos de sus esposas.

Según narra Esquilo, dos hermanos llamados Dánao y Egipto se convirtieron en reyes en África. Dánao era el hermano gemelo de Egipto. Ambos eran hijos del mítico rey egipcio Belo y de la hija del dios fluvial Nilo, la náyade Anquínoe. Dánao reinó lo que se conoce como Libia; mientras que su hermano, Egipto, reclamó el valle fértil del Nilo y le colocó su nombre a ese país.

Dánao tuvo cincuenta hijas que fueron llamadas «las Danaides», mientras que Egipto tuvo cincuenta hijos varones. No obstante, una disputa entre los hermanos obligó al rey Dánao a huir junto a sus hijas a Argos en Grecia. Aunque Gelánor (Pelasgo) era el rey de Argos, al poco tiempo, Dánao reclamó el trono de Argos y tras una disputa ante Gelánor en la que ambos trataron de hacer valer sus derechos, el pueblo aplazó la decisión hasta el día siguiente. Entonces, interpretaron un ataque que ocurrió al amanecer de ese día en el que un lobo venció a un toro: identificaron el lobo con Dánao y le otorgaron el reino.

Al poco tiempo llegaron a la ciudad los hijos de Egipto buscando la paz entre ambos reinos y se ofrecieron para casarse con sus cincuenta primas. Aunque Dánao desconfiaba de aquel ofrecimiento aceptó, pero en secreto le dio una daga a cada una de sus hijas haciendo que prometieran que matarían a sus esposos durante la noche de bodas.

Todas las Danaides cumplieron su promesa excepto Hipermnestra, la hermana mayor, que perdonó la vida de su marido por haber respetado la voluntad de ella de permanecer virgen. Los demás hijos de Egipto fueron enterrados en Argos pero sus cabezas llevadas a la ciudad de Lerna. Al poco tiempo, el rey Dánao se retiró del trono por miedo a las acciones de su hermano. Sin embargo, las Danaides fueron purificadas y sus delitos perdonados por orden de Zeus que contó con el apoyo de Hermes y Atenea. Por aquella masacre, Dánao no pudo casar fácilmente a sus hijas, por lo que tuvo que recurrir a una especie de juego con recompensas en el que los premios eran sus propias hijas.

Siguiendo con el mito, una vez muertas las Danaides, los jueces del infierno rechazaron la purificación de Zeus y las declararon culpables. Los jueces del infierno encontraron a las Danaides culpables del asesinato de sus esposos y por eso, fueron condenadas a llevar agua continuamente a una tinaja agujereada, por toda la eternidad. La única que se salvaría del castigo eterno sería Hipermnestra.

Podrás encontrar este relato en la tragedia de Esquilo titulada «Las suplicantes». Un dato curioso es que Hecateo de Mileto atribuye a Dánao la invención de la escritura griega.

Relación de este mito con el derecho

  • Derecho a la libertad femenina. Se tratan temas como el derecho a la libertad femenina, en este caso de las Danaides, frente a las convenciones sociales y políticas.
  • Derecho a la democracia. Gelánor, lejos de mostrarse como un tirano, consulta a su pueblo sobre la suerte de las suplicantes, poniendo de manifiesto los rasgos democráticos de la ciudad de Argos.
  • Derecho de asilo. Este derecho que queda reflejado con las palabras de Dánao:

«Que libres habitamos esta tierra, sin consideración de gente prisionera, sino con el derecho humano del asilo. Que nadie, ni habitantes del país, ni tampoco extranjero, nos pueda reducir a servidumbre; y, si alguien nos hiciera violencia, el noble que no acuda en nuestra ayuda quede privado de derechos y sufra la pena del destierro por decreto del pueblo».

  • Por último, se trataría también sobre “el derecho al amor”, puesto que las Danaides se casan con los egipcios, a los que matan en la noche de bodas; sin embargo, una de ellas, Hipermestra, perdona a su esposo, y sería juzgada por ello.

Pintura

Óleo sobre lienzo de John William Waterhouse: Las danaides, 1903.


Escrito por David Misari Torpoco
Abogado y docente de Redacción Jurídica
6 de mayo de 2024

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