Dentro del estudio de la lógica (en Sagan), una «afirmación extraordinaria» es una que no se sostiene por la evidencia disponible u ordinaria. Esto significa que los fundamentos para tal afirmación deben provenir de la observación de una nueva evidencia o de un nuevo reconocimiento de la evidencia ya existente, la cual resulta extraordinaria.
Análogamente, podemos llevar este pensamiento (aforismo) de Sagan al ámbito del derecho y aplicarlo a la teoría de la prueba, pues se puede sostener la siguiente premisa:
--> Aquel que afirma el delito de una persona, entonces, no solo deberá conjeturar o hipotetizar alguna evidencia, sino que deberá presentar pruebas (verídicas, concretas, objetivas y reales) de lo que afirma con el fin de confirmar (con suma credibilidad) el delito que imputa a una persona.
En el derecho entonces podríamos sostener que «grandes afirmaciones requieren de grandes pruebas» y no solo especular o conjeturar.
Sagan fue un astrofísico. Mientras que el astrofísico trabaja con las leyes del universo, el abogado trabaja con las leyes que establece el derecho. Tanto en la astrofísica como en el derecho se necesitan más pruebas concretas y no solo evidencias.
Ahora bien, ¿existe alguna diferencia entre evidencia y prueba? Para saber esto, debemos empezar por analizar lo que es una «evidencia» y lo que es una «prueba» desde la perspectiva jurídica. Para entender esto, es importante aclarar que la definición de «evidencia» y «prueba» en el ámbito jurídico es ligeramente distinto de las definiciones gramaticales que encontramos en los diccionarios. Así pues, en el trabajo de Doris Arnold titulado Las evidencias y pruebas como fundamento de validez científica en las auditorias forenses, encontramos que las «evidencias» son las que aportan información de los hechos que se están investigando, mientras que las «pruebas» tienen como fin confirmar o desvirtuar una hipótesis o una afirmación de un hecho delictivo.
Entonces, si retomamos el aforismo de Sagan, como mencionamos, tranquilamente lo podríamos emplear en el derecho: «afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias».
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