Latín jurídico: Ad hominem
1. Generalidades
Tanto el Libro de estilo de la justicia (p. 221) como el
Diccionario panhispánico del español jurídico lo definen de la siguiente
manera: «Dicho de un argumento: Que va dirigido contra la persona y no contra
sus tesis».
2. Traducción y pronunciación
La locución «ad hominem» se traduce como «contra el hombre».
Se pronuncia: [ád óminem]
3. Argumento ad hominem
·
En el ámbito de la lógica, se hace referencia al
argumento ad hominem (del latín
«contra el hombre») o falacia ad hominem
para describir varios tipos de argumentos, muchos de los cuales se consideran
falacias informales.
·
Estos argumentos se caracterizan por refutar una
afirmación basándose en el carácter o en algún atributo (por lo general, algún
defecto) del emisor de la afirmación, en lugar de analizar el contenido
sustancial del argumento en sí mismo.
·
Es una de las falacias lógicas más reconocidas y
tanto la falacia en sí como la acusación de utilizarla (argumento ad logicam) son recursos comúnmente empleados en discursos
reales.
·
Esta técnica retórica resulta efectiva con el
propósito de persuadir a aquellos que son más influenciables por emociones que
por la lógica.
·
En este enfoque, no se critican directamente los
argumentos presentados, sino que se centran en desacreditar a la persona que
los emite, considerando aspectos como su origen, etnia, educación, nivel
económico (rico o pobre), estatus social, moral, familia, entre otros.
4. Fórmula y ejemplo del argumento ad hominem
La estructura típica de este tipo de argumento sigue la siguiente
fórmula:
1.
P afirma S.
2.
Q sostiene que P tiene algún defecto como
persona (no en su afirmación).
3.
Por lo tanto: Q argumenta que la afirmación S de
P es cuestionable porque P posee defectos como persona.
La conclusión suele sugerir que lo afirmado por P no merece
ser tomado en cuenta.
Ejemplo:
Abogado A: Es por eso, señor juez que mi patrocinado no
miente y por tanto, es inocente.
Abogado B: Objeción, señor juez, el abogado defensor dice que ese hombre no
miente, pero no es creíble, porque él también es un mentiroso.
En el ejemplo, notamos que el abogado B emplea el argumento
ad hominem.
Escrito por David Misari Torpoco
Docente de Redacción Jurídica y Latín Jurídico
Noviembre 2023
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