Algunos abogados siguen pensando que el estudio del latín jurídico ya no se aplica o quizá, ya ni existe. No obstante, el estudio del latín jurídico sigue vigente, aunque muchos (en el ámbito del derecho) no lo quieran aceptar.
Hace dos semanas publiqué un contenido sobre los aportes que el Libro de estilo de la justicia (RAE, 2017) proporciona. En esta oportunidad transcribiré la contribución del libro El español jurídico (Ariel, 2016, p. 32) respecto al estudio del latín para los abogados.
Cinco claves que aporta el latín al estudio del derecho
1. Los latinismos son la fuente clásica por excelencia del español jurídico. Sin embargo, también deben mencionarse, por su influencia cultural e histórica, los helenismos y los arabismos.2. El español jurídico está lleno de latinismos, que son las palabras, los giros y las expresiones procedentes del latín.
3. Las causas no pueden ser más evidentes: el español, como lengua romance que es, procede del latín, y el Derecho español (al igual que el derecho peruano, respecto a su terminología) está basado en el romano.
4. Al hablar de los latinismos se suelen hacer dos grandes grupos: el de las formas latinas que se han tomado prestadas en su forma original, que son los préstamos llamados «latinismos crudos», y el de las palabras exclusivamente jurídicas derivadas del latín.
5. También debe citarse, dentro de los latinismos, un tercer grupo, el de los prefijos clásicos latinos, por el influjo que tienen en la formación de términos jurídicos.
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