Cuando se pregunta a algún abogado que le mencione el nombre de algún jurista o abogado romano, la mayoría —por no decir casi todos— nombran a Cicerón, como si no existieran otros juristas romanos. Esto se debe al parco estudio que efectúan muchos profesionales del derecho, puesto que no suelen investigar sobre la vida de otros abogados y juristas romanos que —quizá— fueron mejores que Cicerón. De esta manera, empezaré por explicar sobre la vida del jurista romano Marco Antistio Labeón.
Marco Antistio Labeón [Marcus Antistius Labeo] nació en el año 43 a. C. y fue hijo de Pacuvio Labeón[1], quien fue uno de los primeros en oponerse a Julio César. Pacuvio falleció tras la derrota de Filipos.[2]
Desde muy joven, Marco Labeón dedicaba varias horas al estudio de la filosofía, gramática,[3] literatura y dialéctica. Tuvo como maestro al abogado romano Cayo Trebacio Testa[4], de quien aprendió técnicas retóricas y el arte de la elocuencia. Además, solía asistir a los tribunales romanos para observar el desenvolvimiento de los abogados ante los tribunales y así rescatar lo mejor de ellos, sea en la postura o en la impostación de la voz.
Siguiendo el consejo de algunos juristas que ya lo conocían por ser un joven que se apasionaba por el estudio de las leyes y le preocupaba el estatus social romano, Labeón ingresa a la vida pública a una edad muy temprana. En el año 18 a. C. formaría parte de una comisión que fue encargada por Augusto, para elaborar una nueva lista de senadores romanos, la denominada lectio senatus. Al poco tiempo, sería nombrado pretor[5] y Augusto le ofreció el consulado, pero el jurista se negó[6], pues sostuvo que no tenía intenciones de pretender a otros cargos, puesto que necesitaba tiempo libre para dedicarse a su labor como jurista.
Como pretor, Labeón ejerció de manera óptima su cargo, sin embargo, la antipatía del nuevo régimen romano se manifestó y empezó a colocarle ciertos obstáculos en su labor. Debido a que Labeón rechazó el consulado, sería Cayo Ateyo Capitón[7] quien tomaría ese cargo. Cayo Ateyo sería reconocido también por ser el rival de Labeón, no obstante, pese a ello, Ateyo reconoció a Marco Labeón con las siguientes palabras legum atque morum populi Romani iurisque civilis doctior adprime fuisse.[8] Con estas palabras, reafirmaría el interés culto e intelectual de Labeón, quien dedicaba su tiempo libre al estudio de la jurisprudencia, reglas y leyes antiguas.
Debido a su interés y por indagar siempre el estudio de las leyes, Labeón se interesaría por la enseñanza del Derecho, de este modo, una vez que empezó a ejercerla, tuvo como discípulos destacados a Nerva (padre), Celso y Próculo, precisamente, de este último optaría por su nombre para fundar la escuela proculeyana.[9] Esta escuela tenía rivalidad con la escuela sabiniana y las diferencias entre ambas eran muy marcadas, las cuales se expresaban a través de grandes debates doctrinales y oposiciones en el razonamiento. Una clara muestra de ello, se observó en los argumentos que postulaban para concebir la noción de la mayoría de edad.[10]
Debido a su labor intelectual, Labeón empezó a ser reconocido no solo como jurista, sino como jurisconsulto[11] romano. Como resultado de sus investigaciones y lecturas, Labeón dejó escrito una gran obra con más de cuatrocientos libros. Entre sus escritos más célebres se encuentran los Libri responsorum y sus Libri epistolarum, las cuales fueron grandes ejemplos y contribuciones a la literatura jurídica romana. De esta manera, mostró sus dotes de ser un gran escritor[12] romano y producto de ello, conocemos sobre sus escritos, gracias a las citas y referencias de autores (otros juristas romanos posteriores a Labeón) como Paulo, Ulpiano y Juliano que lo mencionaban con suma autoridad.[13] Siglos posteriores, los juristas medievales y los iusnaturalistas del siglo XV-XVII también recurrirían a los textos romanos para citar a Labeón como autoridad.
Labeón fue polémico en las discusiones que solía emplear la dialéctica, pero poseía un gran espíritu investigador (científico), lo cual lo llevó a ser reconocido por juristas medievales que también destacaron de él, su gran autoridad para las interpretaciones de las leyes y el rigor filológico-argumentativo desarrollado en la explicación de los términos edictales que plasmó en sus obras. No en vano pasó a la historia como el jurista más insigne y prominente de los primeros años del principado, puesto que con Labeón comenzó la etapa clásica del derecho romano.
Se desconoce con exactitud la fecha de su muerte, pero reconocidos historiadores del derecho romano sostienen que falleció en el año 20 d. C.
Marco Labeón vivió 63 años.
• Guarino, Antonio (1990). Storia del Diritto Romano. 8.ª edizione. Editore Iovene Napoli.
• Pernice, Alfred (1895). Marcus Antistius Labeo. Das römische Privatrecht im Ersten Jahrhundert der Kaiserzeit, Halle: Max Niemeyer.
• Maier Eck, Johann (1692). De vita, moribus, et studiis M. Ant. Labeonis. Franeker, in Oelrichss Thes. nov., vol. I.
• Mascovius, Johannes Jacobus (1728). De sectis Sabinianorum et Proculianorum.
6 de noviembre de 2021
[1] El padre de Labeón también fue
jurista y un ferviente combatiente pompeyano. Fue amigo de Bruto.
[2] En la batalla de Filipos
(Macedonia) se enfrentaron las fuerzas de Marco Antonio y Octavio contra las
fuerzas de Marco Junio Bruto y Cayo Casio Longino (los asesinos de Julio César)
en el año 42 a. C.
[3] El estudio de la gramática
comprendía el estudio de la filología.
[4] Uno de los abogados más
prestigiosos de su época y gran amigo de Cicerón. Se sabe que no tuvo intereses
políticos, puesto que renunció a ejercer una actividad política siguiendo las
enseñanzas de Epicuro. Se sabe que escribió varias obras dedicadas al estudio
del derecho romano, pero —lamentablemente—
ninguna se llegó a conservar.
[5] El pretor (praetor) era un magistrado romano cuya función principal consistió
en administrar justicia en la fase in iure, conceder interdictos, restitutiones in integrum y otras funciones judiciales. El
cargo de pretor se alineaba por debajo de la de cónsul.
[6] Véase a Tácito en Anales III. LXXV. También a Pomponio
(fr. 47, Digesto I, 2).
[7] Otro gran insigne jurista romano
de la época de Augusto y Tiberio. Aparte de ocupar los cargos de cónsul y ser
nombrado senador romano, fue el fundador de la escuela sabiniana, quienes
fueron rivales directos de la escuela proculeyana dirigida —precisamente—
por Marco Labeón.
[8] Traducción:
«Fue extraordinariamente instruido en las leyes, costumbres romanas y derecho
civil».
[9] La escuela de los proculeyanos
fue una de las dos más importantes escuelas de derecho que se originaron en la
antigua Roma durante el período clásico del Derecho. La otra escuela de derecho
que tuvo también una trascendencia fue la escuela de los sabinianos.
[10] Los sabinianos sostuvieron que la mayoría
de edad debía evaluarse mediante un examen físico que lograra demostrar la
madurez sexual del joven o la joven romana; mientras que los proculeyanos
sostuvieron que se estableciera como mayoría de edad a partir de los catorce
años para los jóvenes (varones) romanos y los doce años para las mujeres
jóvenes romanas.
[11] El jurisconsulto era aquel que
se ocupaba del estudio y la interpretación de las leyes. Un abogado o jurista
romano muy apegado al estudio teórico del Derecho. Para llegar a ser reconocido
como jurisconsulto, debía mostrar dedicación a la investigación y lectura de la
gramática, filosofía y literatura griega. Debía dejar por escrito obras
jurídicas (libros).
[12] Pomponio sostuvo que Labeón se
dedicaba seis meses a enseñar Derecho y los otros seis meses se retiraba para
consagrarse a escribir sus obras.
[13] Este es
uno de los motivos por el cual encontramos citas y mención a Marco Labeón en el
Digesto de Justiniano.
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