Si bien es cierto, la cita que está en latín y leerás al
final, no corresponde al latín jurídico, pero la historia del personaje que
leerás a continuación está vinculada al derecho romano. Se trata de Cayo (Gayo)
Mario (general y estadista romano del siglo II a. C.).
Con este contenido, no pretendo narrarte la biografía de
Cayo Mario (así que no te cansaré con esto) puesto que la vida de Mario lo
puedes encontrar en varias páginas de internet, pero te recomiendo mejor
(siempre) los libros sobre la historia de Roma, en especial, los capítulos
dedicados a los generales y estadistas romanos (de preferencia lee a Plutarco).
Ahora bien, seguramente estás algo asombrado por el título
de la imagen que fue lo que te trajo hasta aquí. No obstante, antes de narrarte
ese pasaje oscuro, sombrío, siniestro y quizá diabólico de la vida de Cayo Mario,
déjame ponerte en contexto.
1. El general Cayo Mario y una voz demoníaca en la oscuridad
Cayo (Gayo) Mario fue un general y estadista romano, querido
por algunos y odiado por otros. Como cualquier militar romano de su época tuvo
más enemigos que amigos, sin embargo, uno de sus grandes amigos fue Cicerón,
quien habla obre Mario en sus cartas y alguna de sus obras, pero lo considera
un personaje algo oscuro. El tribuno y demagogo Lucio Apuleyo Saturnino se
asoció con Cayo Mario y lo describió como un personaje misterioso y siniestro.
Se sabe que Plutarco y el griego Apiano de Alejandría redactaron varios pasajes
sobre algunos aspectos sombríos y macabros de la vida de este general romano y
aunque se conservaron pocos textos, lamentablemente, varios de estos escritos
se perdieron con el tiempo. Empero, así como tuvo amigos y biógrafos, también
tuvo enemigos, el principal, Sila.
La pregunta es ¿qué pasajes o episodios oscuros se esconden
en la vida de Cayo Mario? Hasta donde narran los historiadores, Mario fue un
general que cumplió con su labor como todo estadista de su época, incluso,
Quinto Mucio Escévola dijo que Mario fue «el salvador de Roma». Sin embargo, Sila,
tras hacerse del control de Roma ordenó que se declarara enemigo a Mario y a
otros hombres más que lo apoyaron. Desde entonces, Mario empezó a sufrir muchas
desgracias que fueron descritas por Plutarco. Esto hizo que huya de Roma y se
sabe que arribó a una zona de África, de donde se cree, más allá de esconderse
por las noches en los bosques de Circeo, posiblemente aprendió algunas artes
oscuras.
Aquí es donde se narra uno de los capítulos más oscuros,
misteriosos o hasta terroríficos de la vida de Mario. Se cuenta que Mario solía
esconderse por las noches (ya que era perseguido por soldados que Sila había
enviado para capturarlo y matarlo). Siempre que se escondía, en algún lugar,
había como una especie de «sombra» que lo seguía a todas partes. Cierto día, sus
pocos compañeros lo abandonaron y Mario se quedó solo. Nuevamente, aquella
noche, se escondió de unos jinetes que iban en la búsqueda del estadista
romano. Para su mala suerte, lograron ver que se escondió en una cueva y luego
en un pantano. Para más inri, aquella «sombra» parece no haberlo protegido aquella noche,
porque terminaron por encontrarlo desnudo (cubierto de barro) y lo llevaron a
una ciudad cercana (algunos historiadores datan que fue la ciudad de Minturno).
Sila ordenó que si llegaran a encontrar a Mario le den
muerte. Fue así como las autoridades del lugar decretaron matar a Mario. Para
esto llevaron al general romano a una habitación, pero curiosamente, esta
habitación se tornó muy oscura. Por alguna extraña razón, cuando un soldado
ingresaba a esa habitación para dar muerte a Mario, ni bien colocaba un pie
dentro de aquel oscuro cuarto, empezaron a sentir escalofríos y una presencia
extraña que no necesariamente parecía ser la del general romano. Esto hizo que
ningún soldado pudiese ejecutar la sentencia. Sin embargo, siendo casi la
medianoche, un guerrero bárbaro, posiblemente de origen galo o cimbrio, se mofó
de sus compañeros (los otros soldados) por tener miedo a ingresar a esa habitación
y matarlo. Entonces, un soldado romano le dijo que si era tan valiente,
entonces que ingrese para matarlo. Este guerrero bárbaro se puso de pie, tomó
su mejor espada, abrió la puerta de aquella habitación oscura donde se
encontraba Mario e ingresó sin el fuego de una antorcha, pues sostuvo que él no
necesitaba de ningún tipo de iluminación y que lo mataría así sea en tinieblas.
Fue aquí donde, luego de dar los primeros pasos, empezó a
sentir algo extraño en su cuerpo, pero sin tomar importancia, siguió avanzando
lentamente. Luego, vio que unos ojos empezaron a iluminarse como fuego y
escuchó una siniestra voz gruesa que le preguntó en latín Marium audebis occidere? que en español se traduce como «¿te
atreverías matar a Mario?». En ese momento, el guerrero bárbaro sintió el
verdadero terror, soltó la espada y salió corriendo mientras gritaba «¡No, no! ¡Yo
no puedo matar a Mario!» y desistió de su intento.
Al día siguiente, los habitantes de Minturno (o los
soldados) se arrepintieron de intentar matar a Mario y lo dejaron ir, incluso,
le entregaron un barco para que se vaya pronto y lo más lejos posible de aquel
lugar.
Al parecer, Mario estaba poseído por algún «demonio» porque
tiempo después, varias fuentes datan que Mario empezó a organizar terribles
matanzas. Los enemigos de Mario fueron asesinados de la manera más cruel que te
puedas imaginar, cuerpos desollados, mutilados y muchas cabezas de senadores
romanos eran expuestas en los estrados.
Incluso se data que cuando Mario saludó al pretor Quinto Ancario, este no le
devolvió el saludo y por ello, lo mandó a asesinar sin piedad. Desde entonces,
todo mundo devolvía el saludo a Mario cuando este saludaba a alguien, de lo
contrario, simplemente, no vivirían para contarlo. Se data también que un
antiguo colega de Mario llamado Quinto Lutacio Catulo fue convocado a la corte,
pero Catulo había escuchado que Mario poseía una mirada diabólica, oscura y
siniestra, que prefirió no ir a verlo y optó por suicidarse. Las casas de los
hombres que fueron asesinados por Mario fueron saqueadas y las esposas viudas
con los hijos sufrieron una serie de maltratos y torturas. Algunos sostienen
que quizá Plutarco y otros historiadores de la época ‘elevaron’ o ‘exageraron’
al describir y narrar el terror que infundió un Cayo Mario poseído contra sus
enemigos, pero tal como lo describe y explica el historiador ruso Anton
Korolenkov, el terror que Mario provocó,
más allá si se exageró o no, impactó tanto a sus contemporáneos que lo vieron
como una figura romana temible por los asesinatos sin juicio de cónsules y
pretores.
2. Análisis de las siniestras palabras pronunciadas en la oscuridad «Marium audebis occidere?»
Latín: Marium audebis occidere?
Pronunciación: Márium áudebis okkídere?
Español: ¿Te atreverías matar a Mario?
Recordemos que la palabra latina occidere proviene de occidio que significa «matanza», «carnicería», «exterminio». La expresión latina in
occidione victoriam ponere significa «hacer consistir la victoria en el
exterminio».
Escrito por David Misari Torpoco
Abogado y docente de Redacción Jurídica
12 de abril de 2023
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Fuente: Vidas Paralelas de Plutarco (tomo. III, 39)
Nota. El profesor Misari empleó dos tipos de estilo narrativo para la redacción de este contenido. Los estilos son el folletinesco y el truculento. La combinación de los dos estilos permiten al lector crear un apego hacia la lectura y darle mayor especulación (suspenso), además de contar con ciertos elementos de terror para terminar en un misterio. (Véase el libro Manual práctico para una corrección de estilo de Manjula Balakrishnan).
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