Cinco claves para detectar si estoy o no ante un docente especializado en redacción jurídica

Vivimos en una época donde la mayoría de abogados se deslumbran más por lo que ven que por lo que investigan. ¿A qué me refiero con esto? Las redes sociales se encargaron de ‘crear’ la falsa imagen del «abogado exitoso» solo por subir un video de corta duración de un abogado con buen terno, buena presencia y buen porte sentado o parado en un estudio jurídico rodeado de libros y con «pinta de intelectual o «académico» que expone un parco consejo o alguna recomendación demasiada elemental sobre redacción jurídica que impacta y asombra a muchos que ven estos videos cortos. Son varios abogados y estudiantes de Derecho que suelen dar un ‘like’ o compartir  desesperadamente en sus estados como si hubiesen escuchado algún descubrimiento universal.

Sería interesante que los estudiantes de Derecho y los abogados más jóvenes, se detuviesen por unos segundos y digan: «El video está muy bueno, pero voy a investigar si este abogado está realmente preparado o es un especialista en el tema que disertó». Menciono esto, porque, tranquilamente, podrías estar ante un abogado que quizá no sea un auténtico especialista en la materia. Con esto, no me refiero que todos los abogados que vistan bien y publican videos cortos no sean especialistas en su materia, pero del 100 % de abogados que se dedican a esto, considero que un 35 a 40 % son especialistas y un 60 a 65 % son abogados «figuretis» (1).  

Por otra parte, tenemos a ciertas (algunas) instituciones jurídicas que te ofrecen cursos de Redacción Jurídica con precios elevados y con un docente que lo denominan como un «especialista», «experto» en la materia o ser un «docente exclusivo» y por ese motivo, justifican el elevado costo del curso. Además, muchos (aunque no todos) se deslumbran por ver que la institución cuenta con buena infraestructura y con un buen ambiente para aprender las lecciones, lo cual no está mal, pero lo que sí está mal es que muchos no se detengan por un momento a investigar la hoja de vida del docente que le va a enseñar el curso de Redacción Jurídica. Aquí viene la pregunta ¿usted estará realmente ante un docente auténticamente preparado o especialista en la materia? O eres de aquellos que se dejan impactar y llevar solamente por ver que la persona que te enseñará está vestido con un buen terno, usa lentes con pinta de «intelectual» y porque la institución donde dictará el curso tiene «años de experiencia».

Si llegaste hasta aquí, significa que estás interesado en aprender a reconocer a un buen docente de Redacción Jurídica de uno que no lo es. Por este motivo, te compartiré cinco claves para reconocer si estás ante un buen docente (especialista) de Redacción Jurídica o no.

1 Título profesional

Se entiende que si es docente de Redacción «jurídica», por lo menos tiene que ser abogado, esto es, contar con el título profesional y con la colegiatura. También podría ser que la persona que te enseñe este curso no sea un profesional de derecho, pero si un profesional de la lingüística (título profesional: licenciado en Lingüística) especializado en Redacción Jurídica. Menciono esto, porque conozco a pocos lingüistas que se han dedicado al estudio y la investigación de la escritura jurídica (a detectar los errores en los escritos judiciales y saber corregirlos). Recomendación: Para saber si estás o no ante un docente que es titulado en una de estas dos carreras, basta que ingreses a la página de la Sunedu y verifiques su título.

 Publicaciones 

Al igual que los grandes abogados penalistas, civilistas y constitucionalistas (solo por mencionar algunos ejemplos) más allá de litigar (llevar casos) o ejercer la docencia en sus respectivas materias, también presentan publicaciones. Esto significa que los docentes especialistas de Redacción Jurídica han publicado libros (obras jurídicas) sobre la materia que enseñan, por ejemplo, si el doctor Juan Pérez es un auténtico especialista en derecho penal, como mínimo, debe haber publicado uno o dos libros sobre derecho penal, puesto que el contar con una o más obras publicadas sobre su especialidad, refuerza la credibilidad que estás ante un especialista, pues dudo mucho que un abogado que no sea especialista en derecho minero, publique un libro sobre derecho minero (¿me dejo entender?).

Por otro lado, si no ha publicado algún libro, entonces, como mínimo, debe haber escrito y publicado algunos artículos sobre su especialidad. Si te das cuenta, los mejores y expertos abogados especialistas en su materia cuentan en su hoja de vida con libros o artículos publicados con lo que demuestran lo preparado que están en sus respectivos campos. Recomendación: Investiga si el docente que te va a enseñar el curso de Redacción Jurídica cuenta con un libro o algún artículo publicado. También le puedes preguntar en una de sus clases: «Profesor, ¿usted tiene algún libro publicado de su especialidad o algún artículo sobre su tema?» y espera su respuesta.

3 Formación y capacitación del docente

En este tercer punto debes averiguar (investigar) ¿dónde se preparó el docente para saber sobre redacción?, ¿en qué institución, el docente, cursó estudios de especialidad en redacción?, ¿cuántos certificados de redacción posee el abogado que te enseñará y en dónde los obtuvo? En nuestro país (Perú) contamos con algunas instituciones que te enseñan sobre redacción, ortografía y gramática, por ejemplo, la Academia Peruana de la Lengua, ASCOT Perú, la Escuela de Edición de Lima y otras. Recomendación: Si en la hoja de vida del docente que te enseñará Redacción Jurídica no presenta información dónde se capacitó para ser especialista, entonces pregúntale en una de sus clases: «Profesor, disculpe, ¿dónde estudió o se capacitó para ser especialista en redacción?». Aprender a ser preguntón como Sócrates y escucha lo que te responda el profesor. 

4 Trayectoria institucional

¿Alguna vez has escuchado el adagio «Temo al hombre de un solo libro»? O quizá lo leíste en latín «hominen unius libri timeo». Si bien este adagio posee muchas interpretaciones, una que tomó cierta repercusión consistió en que no debes creer o desconfía de aquellos hombres que solo han leído un libro, pues eso significa que no están debidamente cultivados (preparados). De igual manera, al momento de elegir a un docente de Redacción Jurídica, ten cuidado que este solo enseñe en un solo lugar, puesto que si realmente es bueno, debería enseñar no en uno, sino en varios lugares, esto es, ser invitado a dictar el curso de Redacción Jurídica en varias instituciones. Por ejemplo, observa a los abogados penalistas, los que son buenos (auténticos especialistas) enseñan en varias instituciones y no solo en una.

Vivimos en una época donde, gracias a  la virtualidad, tranquilamente se puede enseñar en varias instituciones. Cuando el docente es un auténtico especialista en su materia, entones logra ser invitado, llamado a dictar en varias instituciones (privadas y públicas). Un auténtico docente especialista en redacción jurídica no enseña nunca en un solo lugar. Precisamente, aquí es donde entra la trayectoria institucional y la trayectoria profesional. Un docente especialista en Redacción Jurídica acostumbra enseñar en varios lugares y como prueba, mostrará la certificación o constancia de haber dictado en diferentes instituciones en las que fue invitado.

Ahora bien, una pregunta que puede surgir es ¿si el docente es auténticamente bueno, por qué no enseña en grandes o renombradas instituciones jurídicas? La respuesta es simple. Muchas veces, algunos docentes son llamados e invitados a dictar en estas grandes instituciones jurídicas, pero al momento de preguntar al docente por sus honorarios, el docente responde un monto y parece que estas grandes instituciones se asustaran o quizá no pueden pagar esa cantidad, ergo, no lo contratan. Esto parece ser algo extraño, pues si son «grandes instituciones», pregunto ¿no pueden pagar bien? Al parecer, algunas «grandes instituciones» buscan solamente cobrar mucho a sus alumnos y buscar docentes a los que se les pague poco para así quedarse ellos con la mayor cantidad de dinero. En fin.

Recomendación: Trata de averiguar que el docente que te enseñe el curso haya dictado en varios lugares. Revisa y lee su hoja de vida, pues las certificaciones, constancias y diplomas que haya recibido de los lugares donde dictó son la mejor prueba de su trayectoria institucional y profesional.

5 Material bibliográfico 

Todo docente especializado en alguna rama del derecho ha de contar con varios libros en su biblioteca sobre su especialidad. No resultaría serio que un docente especialista en una rama solo posea uno o menos de diez libros de su especialidad en su oficina o biblioteca. El docente especializado en redacción jurídica sabe en qué libro, autor, número de página, capítulo o sección se encuentra alguna información relevante. Incluso, durante sus clases podrá mostrar los libros o fuentes que usa, pues por algo es especialista y tiene los materiales (libros y artículos) a la mano. Además, el docente especialista siempre está presto a responder las preguntas que se le formulan durante la sesión y te invita a revisar algunas páginas donde puedas corroborar y encontrar información complementaria. Recomendación: El docente especialista en redacción jurídica siempre procura poseer libros actuales (vigentes) sobre su rama y elaborar sus clases con lo mejor de ellos. Además, podrá mencionar autores y títulos de libros para que el alumno pueda adquirirlos.

Ahora que ya conoces estas cinco claves, ten mucho cuidado a la hora de elegir al docente que te enseñe un curso de Redacción Jurídica en alguna institución, pues parte de tu deber consiste en analizar y revisar la hoja de vida del profesor. En caso que tengas duda de algún aspecto sobre la formación o trayectoria del docente, no temas y pregúntale dónde se especializó o en qué otros lugares dictó el curso.

Ofrezco disculpas si los diversos estilos (2) en los que redacté este contenido te parecieron algo «chocantes» por momentos. Por último, si realmente deseas aprender redacción jurídica, más allá de contar con un buen docente, te recomiendo que investigues y adquieras nuevos conocimientos respecto a esta materia. La mayoría de personas escriben a diario, pero como abogados, nuestra escritura debe aspirar siempre a ser la mejor.

Notas

(1)    Figureti. Según el Diccionario de americanismos respaldada por la Asociación de Academias de la Lengua Española, la palabra «figureti» significa «persona con excesivo afán de sobresalir o figurar».

(2)    Para la redacción de este contenido, el profesor Misari empleó los siguientes estilos: crítico, costumbrista, realista, vigoroso y fluido (Ver: Balakrishnan, M. Manual práctico para la corrección de estilo, 2015, pp. 14-19).


 Escrito por David Misari Torpoco
Abogado y docente de Redacción Jurídica  

     22 de abril de 2023


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