Friné: la cortesana griega que fue llevada a juicio

  1. Friné

    Friné (Φρύνη), cuyo nombre real fue Mnésareté (Μνησαρετή) que significa «conmemoradora de la virtud» fue una hetaira (1) famosa por su magistral belleza y a la vez por ser una mujer que poseía una gran inteligencia y disfrutaba del arte y la cultura.

    Friné fue una mujer de origen humilde. De joven conoció a Praxíteles (escultor griego) y empezó a ser su modelo para sus esculturas femeninas y de paso se convirtió en su amante. Se sostiene que Praxíteles se inspiró en la belleza del cuerpo de Friné para crear varias estatuas de la diosa Afrodita.

  2.  El juicio

    Ahora bien, de todas las anécdotas que vivió Friné, una se destaca entre ellas, pues se hizo conocida debido a un juicio en su contra por impiedad (2), en el que fue defendida por el orador Hipérides.

    Se sabe que Friné fue una de las mujeres más bellas de la antigua Grecia y supo emplear sus talentos culturales y dotes físicos con tal inteligencia hasta el punto de ofrecerse a patrocinar la reconstrucción de las murallas de Tebas, bajo la condición de que escribieran en las nuevas paredes: «Destruido por Alejandro y restaurado por Friné». Obviamente no lo aceptaron, ya que para muchos esto resultó una gran osadía.

    Friné, además de su profesión natural como cortesana de élite, poseía una inteligencia superior a la media, pero se atrevió a presentar un nuevo dios y organizó cultos ilegales o reuniones lascivas para adorar a este dios asociado con Dioniso y Hades. También fue modelo para el famoso pintor Apeles y no solo para el escultor Praxíteles. Las representaciones de Afrodita Anadyomène (Afrodita surgiendo del mar), se originaron en gran medida en su hermoso cuerpo.

    Sin embargo, como ya se esperaba en la antigua Grecia, una mujer con tantas virtudes e inteligencia despertó la ira, probablemente, de quienes «no la tuvieron» o de quienes se les negó «ese privilegio». Fue así como algunos hombres empezaron a correr la voz de que Friné rendía culto, junto a otros hombres, a dioses dedicados a la embriaguez y a la muerte. De esta manera, Friné fue acusada por Eutias (un hombre que fue rechazado por Friné) y llevada a un juicio que podría terminar con la pena de muerte, porque además se le acusó de causar disturbios sociales, actos libidinosos y blasfemia,

    Fue aquí donde aparece Hipérides (3) un célebre orador, político y quien se desempeñó como una especie de abogado para defender a Friné. Lamentablemente, el proceso de la bella cortesana tuvo muchos altibajos y no se podía determinar si Friné podría salvarse del juicio de sus verdugos.

    Finalmente, en un movimiento inesperado, pero efectivo, Hipérides da un fuerte discurso sobre la belleza que tanto veneran los griegos, en la naturaleza, en los dioses y, de repente, arrancó la túnica de Friné y deja al descubierto su hermoso cuerpo donde resaltaron sus bellos senos y dijo: «Si es vuestra voluntad destruir la belleza de este cuerpo, por favor, deciros al futuro que Hipérides estaba en contra».

    Actuando así, y con la túnica de Friné en sus brazos, mostró a todos la belleza del cuerpo de la cortesana. Los jueces, sobrecogidos de temor religioso por el asombroso parecido de Friné con la diosa Afrodita, decretaron su absolución. De esta manera, el veredicto fue a favor de Friné, a quien solo se le prohibió adorar «nuevos dioses» y, por supuesto, salir de la ciudad durante un tiempo determinado.

  3. ¿Existen evidencias históricas sobre este juicio a Friné?

    La pregunta es ¿existió este juicio en la vida de Friné? Para esto, empezaremos por mencionar a Ateneo quien escribió que Friné fue procesada por un cargo capital y, efectivamente, fue defendida por el orador Hipérides, quien habría sido uno de sus amantes. Sin embargo, Ateneo no logra especificar la naturaleza de los cargos, pero Pseudo-Plutarco escribió en su Vida de los oradores que Friné fue acusada de impiedad. ​El discurso de la acusación fue escrito por Anaxímenes de Lámpsaco según Diodoro Periegetes.

    Una vez, ya a punto de terminar el juicio, cuando parecía que el veredicto iba a ser desfavorable, Hipérides le habría quitado la túnica a Friné para mostrar los senos de la cortesana a los jueces y así despertar su compasión. La belleza de Friné infundió en los jueces un miedo supersticioso, a tal punto que no se atrevieron a condenar a muerte a «una profetisa y sacerdotisa de Afrodita» y decidieron absolverla por compasión.

    No obstante, una investigación más detallada revela que Ateneo también presenta una versión diferente del juicio procedente de la Efesia de Posidipo de Casandrea. En esta versión, simplemente se describe a Friné estrechando la mano de cada uno de los miembros del jurado, suplicando con lágrimas por su vida, sin hacer mención de su desnudez o de mostrar sus senos. Por tal motivo, Craig Cooper (profesor emérito de la Universidad de Lethbridge) argumenta que el relato de Posidipo es la versión auténtica y que Friné nunca mostró sus senos ante el tribunal durante el juicio. Según Cooper, tanto la primera descripción del juicio dada por Ateneo como el relato más breve de Pseudo-Plutarco se derivan en última instancia del trabajo del biógrafo Hermipo de Esmirna (circa 200 a. C.), quien adaptó la historia de Idomeneo de Lámpsaco (circa 300 a. C.).

    Por otra parte, es importante aclarar que el relato de Posidipo constituye la versión más antigua documentada hasta la fecha. Si realmente Friné se hubiera despojado de sus vestiduras durante el juicio, es probable que Posidipo lo hubiera mencionado, dado que era un poeta cómico y habría tratado el tema con una pizca de sátira. Por lo tanto, es plausible que la representación del desnudo de Friné sea una añadidura posterior, que probablemente surgió después del año 290 a. C., época en la que Posidipo estaba se ganaba la vida como poeta. En ese mismo período, Idomeneo estaba produciendo obras literarias.

    Además, Cooper añade que la evidencia sugiere que fue Idomeneo quien creó la versión más provocativa del incidente, lo más probable con la intención de burlarse y ridiculizar las actuaciones de los demagogos atenienses en los tribunales. Dada su propensión a atribuir un comportamiento sexual excesivo a estos demagogos, el acto desafiante de desnudar a Friné se ajusta al retrato que Hipérides había forjado en la obra de Idomeneo. Como es común en la tradición biográfica, los biógrafos posteriores no advirtieron que los predecesores no ofrecían una representación precisa de los eventos. El biógrafo posterior Hermipo incluyó la versión de Idomeneo en su propia biografía. Un fragmento de esta biografía de Hermipo se conserva en las obras de Ateneo y Pseudo-Plutarco.

    Finalmente, en honor a la verdad académica, también se han encontrado argumentos que respaldan la autenticidad del desnudo de Friné. La mención de que era «profetisa y sacerdotisa de Afrodita» podría haber sugerido su participación en las festividades de las Afrodisias en Egina. Si esto fuera cierto, habría demostrado a los miembros del jurado que contaba con el favor de la diosa y merecía compasión (4). Además, en esa época se aceptaba ampliamente que las mujeres podían ganarse la simpatía de los jueces, y era común llevar a madres y niños a los tribunales con ese propósito. Sin embargo, es importante señalar que desnudarse o exhibir los senos no era inusual para las prostitutas o cortesanas, y no se limitaba a ellas; pues también podía ser utilizado para evocar compasión (5).

    Notas

(1) Hetera o hetaira​ (en griego, ἑταῖρα, hetaira, "compañera") era el nombre que recibía en la antigua Grecia una clase distinguida de mujeres libres, la cual generalmente desempeñaba funciones de artista, contertulia, prostituta y acompañante. En contraste con la mayoría de mujeres de la antigua Grecia, las heteras recibían educación, poseían independencia económica y podían alcanzar un gran poder social, y eran las únicas mujeres que podían participar en los simposios (reuniones festivas de políticos, filósofos, artistas y eruditos), siendo sus opiniones y creencias muy respetadas por los hombres.

(2) Friné fue acusada de impiedad, una falta imperdonable en la Antigua Grecia (fue el delito por el que se condenó a muerte a Sócrates), junto al atrevimiento de compararse con la misma Afrodita. 

(3) Hipérides (Υπερείδης, c. 389 a. C.-322 a. C.) fue un político y orador ateniense. Uno de los diez oradores áticos. Discípulo de Platón e Isócrates, según una tradición nunca confirmada, fue un gran orador, político y abogado, que, entre otras muchas actividades, colaboró con Demóstenes en su oposición a la supremacía macedonia. Murió asesinado por orden de Antípatro, regente de Grecia tras la muerte de Alejandro Magno, en castigo a su promoción de la Guerra Lamiaca, con el objeto de librar a Grecia y, especialmente, a su patria Atenas, del dominio macedonio.

(4)  Véase Nalden, F. S. (2006). Ancient Supplication. New York: Oxford University Press. p. 102.

(5) Véase  Havelock, Christine Mitchell (2010). The Aphrodite of Knidos and Her Successors: A Historical Review of the Female Nude in Greek Art. Ann Arbor: The University of Michigan Press. p. 45. 

Fuentes bibliográficas

Aghion, I.; otros (2008). Guía iconográfica de los héroes y dioses de la Antigüedad. Alianza Editorial. 

Ateneo, Banquete de los eruditos 590–591.

Cooper, Craig (1995). «Hyperides and the trial of Phryne». Phoenix 49 (4): 303-318. JSTOR 1088883doi:10.2307/1088883.

Dillon, Matthew (2002). Women and Girls in Classical Greek Religion (en inglés). p. 195.

Havelock, Christine Mitchell (2010). The Aphrodite of Knidos and Her Successors: A Historical Review of the Female Nude in Greek Art. Ann Arbor: The University of Michigan Press.

Nalden, F. S. (2006). Ancient Supplication. New York: Oxford University Press.

Plutarco, Amatorius 

Pseudo-Plutarco, Vidas de los diez oradores 


Escrito por David Misari Torpoco
Abogado y docente de Redacción Jurídica
22 de marzo de 2024

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